Cada 22 de marzo, el mundo celebra el Día Mundial del Agua, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas en 1993 con el propósito de crear conciencia sobre la importancia del agua dulce y promover su gestión sostenible. Este día busca destacar la necesidad de proteger este recurso esencial para la vida, especialmente en un contexto de creciente crisis hídrica global.
El agua dulce, que representa solo un pequeño porcentaje del total de agua en el planeta, es fundamental para el bienestar humano, la agricultura, la industria y los ecosistemas. Sin embargo, su disponibilidad está amenazada por factores como el cambio climático, la contaminación y el uso insostenible. En apoyo al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6, que busca garantizar agua y saneamiento para todos antes de 2030, el Día Mundial del Agua se convierte en una plataforma para impulsar acciones concretas y fomentar la cooperación internacional.
Cada año, la celebración se centra en un tema específico que aborda aspectos clave de la gestión del agua. En 2025, el enfoque está en la preservación de los glaciares, considerados «torres de agua» naturales que almacenan aproximadamente el 70% del agua dulce del planeta. Estos reservorios son esenciales para el suministro de agua potable, la regulación del clima y la protección contra desastres naturales.
El Día Mundial del Agua no solo invita a reflexionar sobre la importancia del agua, sino también a tomar medidas para garantizar su disponibilidad para las generaciones futuras. Desde campañas de sensibilización hasta proyectos de conservación, esta fecha nos recuerda que el agua es un recurso finito y que su cuidado es responsabilidad de todos.



